Para prevenir el cáncer de piel, es fundamental protegerse del sol y evitar las quemaduras solares. Se recomienda usar protector solar con un factor de protección adecuado (SPF 30 o superior) todos los días, incluso en días nublados. Además, es conveniente evitar la exposición solar en las horas de mayor intensidad (entre las 10 a.m. y las 4 p.m.), usar ropa protectora y gafas de sol, y evitar el uso de cabinas de bronceado.

El acné es una afección cutánea común que se caracteriza por la aparición de granos, espinillas, puntos negros y lesiones inflamatorias en la piel. Se produce debido a la obstrucción de los poros por el exceso de sebo y células muertas. El tratamiento para el acné puede incluir limpieza facial adecuada, medicamentos tópicos con ingredientes como peróxido de benzoilo o ácido salicílico, antibióticos orales o en casos más severos, isotretinoína.

Los lunares benignos suelen tener bordes regulares, una forma simétrica y un solo color. Sin embargo, los lunares sospechosos pueden tener bordes irregulares, forma asimétrica y múltiples colores, como tonos de marrón, negro, rojo o blanco. Además, los lunares que cambian de tamaño, forma o color con el tiempo o causan síntomas como picazón o sangrado pueden ser motivo de preocupación y se deben evaluar por un dermatólogo.

El vitiligo es una enfermedad autoinmune en la que las células productoras de pigmento de la piel (melanocitos) son destruidas, lo que causa la aparición de manchas blancas o despigmentadas en la piel. Por otro lado, las manchas de la edad, también conocidas como lentigos solares, son áreas de pigmentación oscura que se desarrollan en áreas expuestas al sol con el paso del tiempo. Estas manchas suelen ser inofensivas pero pueden confundirse con otras afecciones, por lo que siempre es recomendable consultar a un dermatólogo para obtener un diagnóstico preciso.